lunes, 5 de mayo de 2014

John Edison Castaño

Colombiano. Delantero de Racing en 1989. Jugó 11 partidos.

Su carrera empezó en 1984 cuando, con sólo 16 años debutó con éxito en Deportivo Pereira, lo que lo llevó a ser convocado por Luis Alfonso Marroquín para la selección de Colombia que disputaría el torneo Sub 20 en Asunción, donde trascendió luego de tener un lúcido rendimiento en el torneo.

Colombia, con Higuita, Tréllez, Castaño, Pérez y demás, consiguió por primera vez en la historia del fútbol colombiano llegar a un mundial de la categoría. La cita fue en Rusia, donde avanzó a segunda ronda, en la que Brasil lo aterrizó con un contundente 6-0.

Luego de este torneo, todos creían que este jugador, que había sido transferido a América de Cali, llegaría a ser ídolo en Colombia. Sin embargo, no fue así. 

El primer obstáculo fue su propio club que no lo vendió a pesar de recibir ofertas de países europeos y la segunda fue su  DT, Gabriel Ochoa Uribe, a quien no le gustaban mucho los jugadores jóvenes. Además, cabe recordar que ese equipo estaba integrado por grandes delanteros como Ricardo Gareca, Juan Manuel Battaglia, Willington Ortiz y Roberto Cabañas, quienes tenían un gran nivel y a Castaño se le hacía difícil ganarse un lugar entre los once.

Sin lugar en el equipo, el delantero, que tenía una habilidad extrema, de un valor incalculable, que gambeteaba como ninguno y poseía un futuro enorme, se rebeló contra el fútbol y la vida. A ese incipiente talento no le agregó disciplina y profesionalismo, dos factores fundamentales para triunfar a lo grande.
En 1987,  Édison logró que lo transfirieran a Atlético Nacional, donde sí tuvo espacio, pero donde vivió el momento más doloroso de su carrera. Allí sufrió una grave lesión de rodilla que lo alejó mucho tiempo de las canchas.

Pese a que la lesión lo había disminuido, Castaño volvió a las canchas en 1988, jugó un semestre con Nacional, con un buen nivel, lo que hizo que América lo pidiera de regreso.

En enero de 1989, en un torneo amistoso en Cali al que asistieron Vélez y Racing, Castaño mostró su talento y cautivó a los de “La Academia”.

El delantero cafetero vino con una gran ilusión de ser figura en Argentina pero en un entrenamiento, un jugador juvenil le lesionó la misma rodilla, que lo había dejado parado en Atlético Nacional.
Luego de otra larga recuperación, Castaño regresó a Colombia, donde pasó por diferentes equipos: Independiente Santa Fe, Once Caldas, Deportivo Cali, Deportes Quindío y terminó su carrera en Atlético Huila en el 2000. En todos insinuó pero en ninguno explotó. También jugó en  Trujillanos de Venezuela. 

Quienes lo han conocido a fondo afirman que un error de Castaño fue dejarse influenciar de algunos amigos y allegados oportunistas, que en muchas ocasiones no permitieron que surgiera y lo hundieron en el fango en el que se estaba estancando. Pasó su vida entre el encanto, la fantasía y los excesos.


El mismo futbolista ha mencionado con sinceridad en varias oportunidades, que parte de su fracaso fue la irresponsabilidad y la fama mal manejada, pues contó con poca asesoría de sus familiares.

Algunos hinchas que vieron con alegría el juego de John Edison manifiestan que pudo haber sido el mejor futbolista colombiano de todos los tiempos y uno de los mejores del mundo. Pero fue otra estrella fugaz que quedó rápidamente en el olvido.

1 comentario:

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